El folklore de Panamá
puede definirse sobre todo en el carácter de
sus habitantes, de sangre caribeña y muy predispuesta
al festejo. Las costumbres y los ritos llegan desde
siglos a través de un crisol de razas. Habiendo
más de seis etnias indígenas,
los diferentes festejos se hacen notorios durante todo
el año. De esta forma, el color de las fiestas
se completa con bailes, gastronomía típica,
vestimenta tradicional y música nativa. La Pollera,
atuendo tradicional, se escoge para cada festividad
en la que la identidad del pueblo panameño
festeja su encuentro en el nuevo mundo.
La importancia de la religión,
como sucede en muchos países, enriquece a Panamá
con todo tipo de festejos y tradiciones. Los cultos
son diversos y con ellos los festejos. Si a todo esto
le sumamos los ritos de las numerosas culturas
indígenas, el visitante podrá
apreciar a lo largo de todo el año un sinfín
de agasajos, bailes, conmemoraciones,
y fiestas una más peculiar que la otra.
Quizá la fiesta más vistosa
sea los famosos carnavales de Panamá, en los
que durante cuatro días el país se reviste
en suntuosos y coloridos festejos. Bailes, puestos con
gastronomía artesanal, carruajes alegóricos,
bandas de música, disfraces y fuegos artificiales
coronan jornadas de intensa alegría. El valle
de Antón, en la provincia de Coclé,
es un punto de encuentro en el que el calendario se
muestra muy activo a lo largo de todo el año.
Allí se organizan puestos de artesanos
y de comidas. El visitante encontrará
en los mercadillos todo tipo de productos a precios
razonables.
El duelo de Tamarindo, en Ocú,
es una de las tradiciones más antiguas. En
siglos pasados, se celebraba la fiesta con
danzas y comidas típicas. El alcohol circulaba
en demasía y siempre terminaba provocando rencillas.
Lances entre hombres que a duelo de espada luchaban
cercanos al árbol de tamarindo. Hoy se ha tomado
esta celebración casi al pie de la letra,
con fingidos combates y bailes durante
toda la noche.
Los Muñecos de año viejo
es otra típica y colorida muestra de las fuertes
tradiciones en el país. De carácter más
humilde, un día antes de empezar el nuevo año,
los niños y padres confeccionan
muñecos de tamaño humano con todo tipo
de productos. El visitante asistirá maravillado
a lo largo de todas las carreteras observando los colores
de estos simpáticos muñecos que en la
noche vieja serán quemados como ofrendas al año
que está a punto de comenzar.
La feria de las Flores y el
Café, en el mes de abril, es una de
las festividades más vistosas, en la que los
visitantes podrán apreciar el colorido y la simpatía
de un pueblo que honra a sus cultivos con diferentes
demostraciones y fiestas.
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